Cruz de Rumi Rumi junto a la catedral Metropolitana de Sucre (Plaza 25 de Mayo) |
Por: Rodolfo Mier Luzio
Recorrer sus calles iluminadas por el blanco
de sus fachadas, y el adorno natural de sus rojos claveles que engalanan los
balcones. Sus tejados voladizos, sus patios coloniales y señalándonos el cielo,
las torres de sus iglesias.
Todo eso es Sucre, Charcas, Chuquisaca, La
Plata. La ciudad que fue predestinada por la historia para convertirse, para
siempre, en el referente innegable de la lucha por la independencia y por el
valor más preciado de la humanidad como es la libertad. De sus viejos claustros
universitarios, emergieron las ideas que dieron forma al levantamiento, que
desencadenándose un 25 de mayo de 1809, se esparció por los caminos de América,
como la esperanza de una nueva vida, en libertad y con justicia.
Casa de la Libertad, antiguo resinto de la Universidad de San Francisco Xavier |
En la vieja Charcas, la de doña Juana Azurduy
de Padilla, las flores, las aves, las nubes, los árboles, el cielo y el aire,
tejieron de consuno la tela finísima de la imaginación que al desplegarse mostró
las más variadas y bellas tonalidades. Bajo los centinelas tutelares, el Sica
Sica y el Churuquella, se creó la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San
Francisco Xavier, la que desde sus claustros jugó un rol decisivo en la
iniciación de la primera gesta de libertad de América. Mientras la Universidad
de Lima hacía manifestaciones de aversión a la idea de la independencia y la de
Córdoba, en La Argentina, estaba entregada al pleito entre franciscanos y
clérigos seculares por la dirección vacante ante la expulsión de los jesuitas,
la Universidad de La Plata, ardía como fragua del saber y de inquietudes
políticas libertarias.
Monumento a Jaime de Zudáñez |
Las muchedumbre o las masas solas, por sí
mismas, no causan cambios sociopolíticos, sino sólo movimientos o asonadas sin
sentido, como las que hubieron en años anteriores. Lo ocurrido el 25 de mayo de
1809, fue diferente, fue el estallido que no cejará hasta después de 16 años,
cuando en esa misma ciudad, el 6 de agosto de 1825, se fundó la República de
Bolivia.
La herencia de ese mayo de 1809, perdura a
pesar del tiempo transcurrido; la muestra más patente es el indeclinable amor
que el pueblo chuquisaqueño profesa por la libertad, la justicia y la equidad;
lo demostró, no con líricas expresiones, sino con hechos que se patentizaron en
La Calancha, cuando al tañer de las campanas, como en aquel lejano 25 de mayo,
el pueblo se levantó contra los intentos totalitarios que se mostraban como una
amenaza a esa libertad y a la justicia.
Arcos de San Francisco que custodian el campanario que gritó libertad el 25 de mayo de 1809 |
Al finalizar este recordatorio deseo compartir
con ustedes unos versos que escribí, hace un tiempo atrás, en homenaje a la
Capital Constitucional del Estado:
Sucre tiene lo de Atenas,
hechizo, misterio, historia.
Tiene grato colorido
brotando de sus claveles
de coquetas margaritas,
ceibos y tarcos añejos.
Sucre, ciudad de los cuatro
nombres
Y una sola realidad…
La de ser
americanamente
Universal...