La historia
más extendida sobre la conmemoración del 8 de marzo hace referencia a los
hechos que sucedieron en esa fecha del año 1908, donde murieron calcinadas 146
mujeres trabajadoras de la fábrica textil Cotton de Nueva York en un incendio
provocado por las bombas incendiarías que les lanzaron ante la negativa de
abandonar el encierro en el que protestaban por los bajos salarios y las
infames condiciones de trabajo que padecían. También se reconoce como
antecedente a las manifestaciones protagonizadas por obreras textiles el 8 de
marzo de 1957, también en Nueva York.
Obreras textiles de Nueva York, protagonistas del 8
de marzo:
Si la
máquina del tiempo existiera, podríamos ver a Celia o a Elisa, junto con sus
compañeras de fábrica, caminando por las calles de Nueva York a fines del
invierno de 1857. Era una época en la que cada vez más mujeres se incorporaban
a la producción, especialmente en la rama textil, donde eran mayoría absoluta.
Pero las extenuantes jornadas de más de 12 horas a cambio de salarios
miserables sublevaron a las obreras de una fábrica textil neoyorquina que
salieron a reclamar por sus derechos. Era el 8 de marzo y las manifestantes
fueron atacadas por la policía.
Pero no fue
la primera ni la última vez que las obreras textiles se movilizaban. Medio
siglo más tarde, en marzo de 1908, 15.000 obreras marcharon por la misma ciudad
al grito de "¡Pan y rosas!", sintetizando en esta consigna sus
demandas por aumento de salario y por mejores condiciones de vida. Y, al año
siguiente - también en marzo -, más de 140 mujeres jóvenes murieron calcinadas
en la fábrica textil donde trabajaban encerradas en condiciones inhumanas.
Fue
finalmente en 1910, durante un Congreso Internacional de Mujeres Socialistas,
que la alemana Clara Zetkinpropuso que se estableciera el 8 de marzo como el
Día Internacional de la Mujer, en homenaje a aquellas que llevaron adelante las
primeras acciones de mujeres trabajadoras organizadas contra la explotación
capitalista.
Siete años
más tarde, cuando se conmemoraba este día en Rusia - febrero de 1917, para el
calendario ortodoxo -, las obreras textiles tomaron las calles reclamando
"Pan, paz y libertad", marcando así el inicio de la más grande
revolución del siglo XX, que desembocara en la toma del poder por la clase
obrera, en el mes de octubre del mismo año.
No hay comentarios:
Publicar un comentario