Es un combinado de colores con el
predominio del rosado. Los atuendos lucen en stands al aire libre. Algunos
tejen a vista de los transeúntes. Se trata de la feria textil indígena, que llegaron de todas las comunidades y ayllus del
país, cargados de aguayos, chalinas, chumpis, ponchos, ch’ulus, monteras y
calzonetas, hechos de lana de sus propios animales. La Feria instalada en la
Plaza 25 de mayo, en la recta de la Gobernación y la Histórica Catedral
Metropolitana, ha pintado de vistosos colores nuestra plaza histórica y ha roto
la rutina de los sucrenses.
El sincretismo ancestral y la simbiosis
cultural parecen haberse encontrado, en la culta charcas, el lugar preferente
para su demostración, en medio de sicuris, que de rato en rato hacen escuchar melodías
típicas de cada región del país, pero cuando descansan las tarcas, los bombos y
las zampoñas, la amplificación retumba al son de morenadas, huayños y hasta las
románticas de los Kjarkas.
Es el segundo día de esta Feria
que organizó, esta vez en Sucre, el Vice Ministerio de Culturas. Los
expositores se confunden entre los gringos, que sorprendidos, adquieren
ch’uspas o manillas tejidas, seguramente les servirá de recuerdo de haber
visitado la Capital y conocido parte de la producción textil hecha con manos
indígenas. Una actividad que seguro difícilmente será olvidada. Felicidades.