jueves, 29 de marzo de 2012

UNA UNIVERSIDAD QUE LLEGÓ PARA QUEDARSE



Por Rodolfo Mier Luzio
 
En esta semana que finaliza se recordaron 388 años de la fundación de una de las universidades más antiguas del continente. No fue una universidad más, fue la que contribuyó a la libertad de gran parte de América, y a la creación de la República de Bolivia. Esa es, la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca.
En esa época, La Plata, hoy Sucre, tenía desde luego a su favor el factor natural. No parecía sino que la naturaleza la hubiese hecho expresamente para ser un centro de estudios. Diríase de su clima, que era un clima propiamente intelectual. Era la ciudad universitaria predestinada.
En ese entonces, Sucre era ya una de esas ciudades ideales en que debieron soñar los viejos reyes castellanos cuando describían las condiciones de las ciudades señaladas a “los saberes”. Se lee, efecto, en el libro de las partidas, en la ley primera, estas palabras: “De buen aire y de fermosas salidas debe ser la Villa do quisieren establecer el estudio, para que los maestros que muestran los saberes y los escolares que los aprenden vivan sanos en ella y puedan folgar y recibir placer en la tarde cuando se levanten cansados de estudio”.
Un cielo radiante, de azul diáfano, que parece estar llamando al espíritu, a las ascensiones hacia el infinito; un aire vibrante, rico de electricidad y oxigeno, que templa los nervios como templa un artista las cuerdas de su cítara.  Una atmósfera límpida, donde el sol se difunde en un derroche de oro y la luna en un derroche de plata. Las estrellas se hacen ideas; las flores, las aves, las nubes, los árboles, el cielo, el aire, tejen de consuno la tela finísima de la imaginación.
Todos esos elementos ofrecía la, por entonces “Villa de La Plata”, hoy Sucre, para la creación de una universidad, ese lejano 27 de marzo de 1624.
Así se creó la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier, la que desde sus claustros jugó un rol decisivo en la iniciación de la primera gesta de libertad de América. En 1767, la Universidad de la Plata, Chuquisaca, ardía  como fragua del saber y de las inquietudes políticas. Para la convergencia de esas acciones, en esos años previos, a 1809, concurrieron jóvenes revolucionarios que fermentaron sus ideas y acciones en el laboratorio político e ideológico denominado “Academia Carolina”. El primer centro de postgrado de América.
Por todo lo expresado, es deber de todo boliviano, reconocer la contribución de la Universidad de Charcas, en ese tiempo, a la libertad de América; hoy a la profesionalización de la juventud boliviana.
Los que dieron luz y sabiduría a la América desde las aulas de la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier,  tuvieron la virtud de unir a nuestros pueblos bajo las ideas libertarias que se expandieron a los cuatros puntos cardinales de nuestra América. Inspirados en ellos tratemos de vivir en un encuentro de progreso y paz. Donde  podamos solucionar nuestros problemas por caminos de luz, hacia un futuro de esperanza, en democracia y libertad.
Hoy en día, La Universidad de San de Francisco Xavier de Chuquisaca, con 47 Carreras y 14 Facultades, contribuye grandemente al desarrollo de nuestra patria, formando, académica, intelectual y humanísticamente, a más de cuarenta mil jóvenes universitarios que acuden a sus aulas, tanto en la ciudad, como en las provincias. Y así lo ha hecho, desde hace 388 años.
Esa Universidad, sí llegó para quedarse; porque, para quedarse para siempre hay que merecerlo y los merecimientos que tiene son sobrados y reconocidos en el mundo entero.
Por lo menos…esa es mi opinión.

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